Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera

sombra que me llevare el blanco día,

y podrá desatar esta alma mía

hora a su afán ansioso lisonjera;

 

mas no, de estora parte, en la ribera,

dejará la memoria, en donde ardía:

nadar sabe mi llama la agua fría,

y perder el respeto a la ley severa.

 

Alma a quien todo dios prisión ha sido,

venas que humor a tanto fuego han dado,

medulas que han gloriosamente ardido,

 

su cuerpo dejará, su cuidado;

serán ceniza, mas tendrá sentido;

polvo serán, mas polvo enamorado.

 

QUEVADO, Francisco de: poesía original completa, editorial planeta, Barcelona 1981

Esta poesía nos muestra las aventuras que debe pasar una alma enamorada que ni siquiera después de estar muerta va a dejar de estar enamorada. Según los clásicos, una alma cuando muer pasa por un río que borra la memoria, pero la de esta la puede borrar, sigue estando enamorada. El dios del amor es quien la tiene presa dentro de su cuerpo.

 

 

 

Palabras para Julia

 Tú no puedes volver atrás

porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

 

Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.

 

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.

  

Yo sé muy bien que te dirán

que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.

 

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

 

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno,
son como polvo, no son nada.

 

Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.

 

Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.

 

Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.

 

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

 

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

 

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

 

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

  

Perdóname, no sé decirte
nada más, pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

 

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

    AGUSTÍN, Goytisolo José; Los poemas son mi orgullo, editorial Lumen, Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona

 Este es un poema que Goytisolo José Agustín escribó para su hija. En este poema el autor le dice a su hija que, aunque él no esté, debe seguir adelante, alegre y feliz como siempre. Que debe ayudar a los demás y de ese modo podrá estar todavía más feliz. No debe pensar en él si quiere continuar su camino, sino hacer como si él estuviera a su lado.

 

 A UN OLMO SECO

 
    Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
   ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
    Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
    Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
    Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera. 
 
Soria, 1912 
                                              Antonio Machado
 
Es un poema de treinta versos, alternando endecasílabos, aunque hay algunos heptasílabos. Todos los versos, excepto el verso 24, son de rima consonante, a veces alternada, y a veces abra El autor escribe este poema cuando su mujer está muy enferma y se cree que va morir. El olmo representa a Antonio Machado,  que tiene hasta el último momento, la esperanza de que su mujer se vaya a salvar. Machado espera que su mujer sobreviva, y el olmo espera que llegue la primavera para poder vivir. En algunas estrofas, el autor hace una personificación con el olmo, para de ese modo poderse ver más reflejado en él. Este poema se podría dividir en dos. La primera parte sería la que nos habla del olmo (hasta el verso 25), dentro de este apartado, el autor nos hace la descripción del olmo, y después nos hace una previsión de futuro de lo que le puede pasar al olmo. En la parte de la descripción, nos habla en tercera persona, y en la previsión de futuro, nos habla en segunda persona para acercarnos más al final que es cuando se compara él con el olmo, que lo hace en primera persona. La segunda parte, es cuando hace la personificación y se compara él con el olmo, que habla en tercera persona.
 
 

Poema CXXII

 
   Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
   Sentí tu mano en la mía
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!…
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!
 
Antonio Machado
 
El autor escribe este poema cuando su mujer ya está muerta. En esta poesía nos recuerda todos buenos momentos que vivió con ella, los paisajes que habían visto, como se sentía él cuando tocaba su piel y le cogía la mano, también recuerda la voz como una campana nueva y, desgraciadamente, como se sentía él tras la muerte de su mujer. Antonio Machado vivió con ella, pero como ella se murió tan joven, sólo le quedan los recuerdos que vivió tan felizmente con ella, pero él los pasa a un sueño. Hay dieciséis versos octosílabos con rima asonante en los versos pares. El poema se divide en cuatro partes. Una de ellas es la parte del paisaje, que se pone en la primera estrofa. La segunda parte, es la parte de tacto, cuando le cogía la mano. La tercera parte es la voz, como si su voz fueran unas campanas. Y, finalmente, hay la parte del cementerio y en la que termina el sueño.
 
 

 

L’INFINITO

Sempre caro mi fu quest'ermo colle,
E questa siepe, che da tanta parte
De l'ultimo orizzonte il guardo esclude.

Ma sedendo e mirando, interminato
Spazio di là da quella, e sovrumani
Silenzi, e profondissima quiete
Io nel pensier mi fingo, ove per poco
Il cor non si spaura. E come il vento
                                                                                             

Odo stormir tra queste piante, io quello
Infinito silenzio a questa voc
e

Vo comparando: e mi sovvien l'eterno,
E le morte stagioni, e la presente
E viva, e 'l suon di lei. Così tra questa
Infinità s'annega il pensier mio:
E 'l naufragar m'è dolce in questo mare.

                 LEOPARDI Giacomo,Cants, Edicions 62-Barcelona, Barcelona maig 2004

 

 

 

Caspar David Friedrich:Wanderer above the Sea of Fog, 1818

 

 

Traducción en catalán de Narcís Comadira:

Sempre he estimat aquest turó desert

i aquesta barda que de tanta part

de l’últim horitzó l’esguard em priva.

Però , assegut i contemplant, immensos

espais més enllà d’ella i sobrehumans

silencis i una quietud fondíssima

jo al pensament fingeixo. I, per molt poc,

el cor no se m’esglaia. I, com el vent

sento mormolejar entre bardisses,

el silenci infinit a aquesta veu

vaig comparant: i l’etern em revé,

i les èpoques mortes, i la d’ara,

vivent, i el so que fa. Així en aquesta

immensitat se’m nega el penament:

I naufragar m’és dolç en aquest mar.

 

 

Les prunes d’or

En un incomparable triomf, Migdia mor.

Passada pel flameig, la terra s'aclivella. 

Aglaia seu a l'ombra de la prunera vella. 

Relluen delitoses, endins, les prunes d'or.

 

¡Oh cos d'Aglaia, bru com saonada fruita, 

cimat de cabellera com d'una nit mortal! 

Els llavis se li baden per a la dolça lluita 

i té en els ulls un caire brillant com de punyal. 

 

Les prunes d'or a Aglaia reüllen temptadores. 

Són en una illa verda, cenyida de claror; 

en el redós, a penes hi ha fresses torbadores: 

un fregadís de mates, l'insecte en bonior. 

 

Aglaia sent un mot. És ella o el brancam? 

I l'aire es torç, ardent d'una flama frisosa, 

i la calitja parla d'una terrible fosa. 

L'agost com es rebolca, tot sol, damunt del camp! 

 

Aglaia té una set que eixuga el seny, la parla ...

Superbament s'aixeca, damnant el seu descans, 

i enfonsa en la prunera les cobejoses mans 

i enlaira tot el rostre, com si volgués besar-la. 

 

 

I l'arbre, que amb un lleu serpejament de branques

sembla oferir-nos l'or, la mel d'algun pecat, 

s'estremeix un moment de la ferocitat 

del gran perfum impúdic i de les dents tan blanques. 

Els fruits saborosos (1906), Josep Carner

 

El poema nos sitúa en el punto más fuerte del verano, en mediodía concretamente. Esta poesía hace pensar en el mito de Adán y Eva. Eva muerde la fruta prohibida, y Aglaia muerde unas prunas, del deseo sensual. Josep Carner retrata a Aglaia mientras muerde una pruna y ese es el momento de máxima plenitud i sensualidad de la vida de chica. Ella está la flor de la vida, está feliz. Cada frase está formada por dos hemistiquios y cada verso por cuatro frases. En cada verso hay rimas asonantes y otras dos consonantes. Carner hace muchas personificaciones (Migdia mor; L’agost, com es rebolca dins el camp…).